18 de octubre de 2011

Enfoque United (II)

Cómo cruzar el puente
El Manchester United se encuentra en una fase experimental en cuanto a su fabricación de juego. Concretando algo más: atraviesa un relevo generacional en el que está alternando jugadores, probaturas varias, hasta dar con la tecla ideal. La base de cada jugada pasa por un momento de transición de ideología, de padres a hijos, y el testigo lo han asumido con responsabilidad entre Anderson, Fletcher, Carrick y Cleverley. La lenta despedida de Scholes y el invento de Giggs en el último tramo del año pasado han servido de puente hacia un futuro mejor. Un puente generacional y un tránsito, al mismo tiempo, entre la defensa y el ataque, un paso al fin y al cabo, un enlace, que unifique al equipo desde atrás hacia adelante.


La pregunta es: ¿Quiénes deben ser ese enlace en el once? ¿Cuál es la mezcla con el techo más alto? Está Fletcher, por quien se rezó en los días previos a la final de la Champions League 2011 para que se recuperase de su lesión. No fue así. La pieza más completa para taponar en defensa y llegar en ataque, para caer a una banda y ganar el juego aéreo. Si debe haber un fijo debería ser él. Carrick representa el posicionamiento estático, canalizador del balón y lento de movimientos, mientras que Anderson es la propuesta más díscola. El brasileño es un correcto iniciador, favorecido por los futbolistas del ataque, interesante llegador, gran conductor... pero tropieza constantemente con el desorden. Y es que los problemas a los que somete a su equipo son de órdago para un aspirante máximo a todas las competiciones. En su defensa: ha rendido bien en los primeros meses de la temporada y, ya sea por las lesiones o por su buen momento, está asentado en la alineación.


Cleverley, un enlace
El primer regalo del curso lo ofreció él en la Community Shield. Representa la esperanza del jugador cedido con vistas a regresar para tener una oportunidad. En Wigan no funcionaba como lo hace en Old Trafford: fue un habitual en el volante izquierdo, limitando su participación y, del mismo modo, marcándole un filtro a sus cualidades. Su impacto en el centro del campo se vio reducido y su rendimiento, sin ser malo, pudo ser aún mejor. Ferguson ha corregido este matiz y lo ha dirigido no a la creación de la jugada sino a la continuación. Porque Cleverley no está siendo básico en el primer pase, está siendo necesario en el segundo, el que orienta o conduce hacia el ataque.


A sus virtudes con balón se le añade una llegada que permite al Manchester United rematar casi siempre en ventaja. Como buen conductor del juego su vista está puesta en sus compañeros del frente. Aplica constantemente el apoyo y continuación, le da movilidad a la jugada y dinamiza el curso de la pelota de un área hasta la otra. Cuando llega lo hace bien. Su club se caracteriza por una gran pegada: Cleverley tiene esa gota necesaria para triunfar. Es una figura viable para la Eurocopa 2012 y, aunque ahora se encuentre lesionado, va a tener una participación notoria el resto del año.

Rooney y Nani, el respiro
Si Anderson es efectivo en su salida de balón, centrándonos en los datos de esta temporada, mucho se debe a la labor que ejercen Wayne Rooney y Nani. Los dos mejores jugadores del equipo colaboran en la transición y centran sus posiciones para acomodarse al discurso del juego. Por eso, una de las imágenes más comunes es ver al inglés en la línea de mediocentros o desmarcándose para recibir a la espalda de los centrocampistas rivales. Wayne Rooney necesita terreno por delante. Lo mismo ocurre con Nani, que estrecha el campo, al mismo tiempo que amplía su grado de participación, para recibir en tres cuartos con claridad. Su giro portentoso hace el resto para colocar la jugada mirando al portero contrario.



La duda
Se esconde en el fondo del banquillo, con el típico plumas del equipo, rodeado de aficionados británicos, recordando los días en los que su nombre entraba en la mente de todos los onces ideales. No hace mucho tiempo de aquello, apenas meses, pero Berbatov ha pasado al olvido en el Manchester United. Chicharito le ha adelantado por la derecha porque pudo sostener la relación goles/partidos ofreciendo un mejor rendimiento, a pesar de que el búlgaro fue el máximo anotador del campeonato. El éxito es efímero pero Dimitar supo combatirlo con la eficacia. Dos temporadas y media después ya no fue capaz. Sin miedo, porque el relevo está asegurado, Old Trafford debe despedirse paulatinamente del delantero que ha anotado 41 goles en únicamente tres años.


Tampoco le da para ser la tercera opción. La culpa es de Danny Welbeck, notable alto en su cesión al Sunderland la temporada pasada a pesar de su lesión a mitad de campaña, que ha irrumpido con potencia no sólo en el Manchester United sino que entra en los planes de la selección absoluta. A esto hay que añadirle que Ferguson ha confiado en él a comienzo de curso y el punta inglés ha respondido con goles. Le sobra motivación, le falta campo para correr. El 19 de Old Trafford es generoso, y mucho, en su esfuerzo, además de que son doce años de juventud con respecto a Berbatov. Tiene un conocimiento táctico que va a desarrollar y unas cualidades que están por explotar.




Al mismo tiempo, su máximo rival divisa nubes sobre su cabeza e intenta mantener el equilibrio en su peculiar silla de cuatro apoyos: "Enfoque City (II): Nubes en el Etihad", en Óptica Wenger.

Próxima entrega:
  • Enfoque City (III): Nasri redescubre la asistencia.
  • Enfoque United (III): Ashley Young es de goma.

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