4 de abril de 2012

La lucha del Coventry

Los jugadores del Coventry celebran un gol
Coventry tiene la peculiaridad de ser la ciudad británica más alejada del mar. En tierra de nadie. Al margen de eso, su equipo de fútbol tampoco regala demasiadas alegrías y no deja de ser un argumento analgésico para sobrevivir con entretenimiento los fines de semana. Con tanta pasividad se lo han tomado esta temporada que la opción del descenso todavía no ha desaparecido y luchan contra ella como buenamente pueden. A base de cesiones y de una buena maniobra de potenciación de su cantera, exprimida este curso a un altísimo nivel, el Coventry City busca la salvación, a pesar de que el mejor puesto que han ocupado desde agosto es la 18º posición. Poco después llegó una racha de once encuentros sin conocer la victoria, que los hundió en el pozo de Championship. Desde marzo, sin embargo, el panorama ha cambiado y en el Ricoh Arena, un coqueto estadio que albergará partidos de los próximos Juegos Olímpicos, sus aficionados miran con otra cara al equipo. Seis encuentros sin perder y dos victorias consecutivas dejan al Coventry, por primera vez desde septiembre, fuera de la peligrosa zona de descenso a League One.

Gary McSheffrey, 1982
En cuando a la plantilla, el Coventry goza de una base joven y que no lleva más de cuatro años (aprox) en el club. Salvo su mejor activo, Gary McSheffrey, que volvió al club de su vida tras un corto período en el Birmingham. El volante zurdo es el futbolista más importante, el más vistoso, cuya pierna izquierda es uno de los mayores argumentos del equipo, ya sea en la banda o por detrás del delantero de turno. La pareja de centrales, a pesar de la mala posición en liga, está formada por los complementarios Keogh y Cranie, salido de la cantera del Southampton en su temporada más prolífica, con Walcott, Best o Dyer, secundados en el banquillo por un jovencísimo Bale.

Alex Nimely, 1991
Pero han sido las cesiones y los jóvenes quienes están sacando al Coventry del pozo. En especial, un nombre: Alex Nimely, llegado del Manchester City, con los que hizo la pretemporada. Su presencia amenaza y su planta, potente, retumba en el verde cuando inicia la carrera, siempre con el balón pegado. Una de las sorpresas positivas de este 2012. Por su parte, Oliver Norwood llegó, también cedido, de Old Trafford. Algo más inconsistente, el técnico mediocentro también tiene llegada, gol y un golpeo fabuloso. Las citas terminan con dos que ya mencionamos en su día: la maravillosa historia de la aparición Gael Bigirimana y Conor Thomas, dos jóvenes con oportunidades.

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